En su suplemento semanal
«Ciberp@aís»
el diario
EL PAIS
dedica un amplio
artículo
a las ventajas de la informática en avicultura. Como ejemplo expone el caso de
Granja Camar
, donde gracias a la automatización y la informática se ha logrado multiplicar por 25 la productividad por avicultor, al pasar de 20.000 gallinas/avicultor hace 40 años a las 500.000 que puede gestionar un solo avicultor en la actualidad.
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Los ordenadores mejoran en un 5% la producción de las gallinas
La granja toledana Camar automatiza la producción de huevos de millón y medio de aves
Nadie toca los huevos en la granja Camar. El millón y medio de gallinas que alberga esta explotación de Cedillo del Condado (Toledo) pone a diario 1,2 millones de huevos. Sin descanso dominical. Todo es automático. El sistema permite triplicar la producción y aumentar la velocidad. Tras la puesta, el sistema envasa el huevo en menos de 12 horas y lo distribuye a los hogares en menos de un día.
Tres granjeros gobiernan hoy día un millón y medio de ponedoras. Hace 40 años, cuando nació la granja Camar en el pueblo toledano de Cedillo del Condado, era necesario el trabajo de un hombre por cada 20.000 gallinas.
Los huevos los recogían entonces a mano, varias veces al día, y luego los colocaban en cestas de mimbre. Los rotos se contaban por docenas. En el año 2001, el único trabajo manual que le queda al avicultor consiste en retirar las cluecas.
Los ordenadores controlan la calidad de vida que disfruta el animal en las once naves de la granja: la ventilación, la cantidad de alimento y la retirada de los excrementos.
Smart es el nombre del último sistema de gestión de granjas, llegado de Holanda, incorporado por Camar. Consiste en una terminal gráfica que funciona con símbolos que permiten ajustar los diferentes parámetros que interesan a la producción.
Otro de los factores clave que debe estar bajo control del ordenador es la luz. En los inicios de la granja, unos aparatos que funcionaban primero con carburo y después con butano y gasóleo regulaban la iluminación.
«Suponía un gran peligro, pues el suelo de las naves se recubría con una cama de paja o serrín, la yacija. Incluso hubo un derrame del combustible que produjo un incendio en una nave», explica Julio García, uno de los responsables de Camar.
Los ponedores comenzaron siendo pequeños huecos en las paredes donde las aves diariamente subían a depositar su fruto. Hoy viven todas agrupadas en interminables hileras de jaulas; se ven obligadas a compartir habitación. Cuando ponen, el huevo cae en una banda que lo transporta hasta el centro de clasificación. Como las gallinas ponen huevos de distintos tamaños, el ordenador es clave para su clasificación por calibre. Antes se hacía a mano, un proceso lento, que exigía mucho personal.
El ordenador, a una velocidad de 90.000 huevos por hora, determina su calidad: separa los sucios de los rotos y los pesa. Tienen tres tallas, como los jerséis: pequeños, medianos y grandes. También existe la XL. Una vez clasificados, la cinta los transporta al marcador y luego los envasa.
La apuesta por la tecnología ha cambiado las cosas: «Se ha aumentado en 15 los huevos por gallina al año, un incremento del 5%, gracias al equilibrio de la temperatura de la nave y un mejor reparto del pienso. En definitiva, el ave goza de un mayor bienestar», explica Medín de Vega, director de la granja toledana.
Una de las últimas incorporaciones tecnológicas de la granja es un marcador de huevos de dos cabezales, Image. La tinta permite satisfacer las peticiones de los clientes. No sólo marca la fecha de consumo límite, sino que, por ejemplo, permite desear feliz año a los consumidores.
«Los equipos antes eran mecánicos. Así, los estuches se rellenaban manualmente. La nueva generación de máquinas ofrece una información muy extensa: número de huevos, peso medio, kilos totales, porcentajes de cada clase», explica el director. «En esta granja, hemos vivido toda la evolución que ha habido en la avicultura española. Desde las granjas tradicionales de los 60 hasta las de hoy».
EL PAIS [11-Ene-01]
Etiquetas: 7-INSTALACIONES Y EQUIPOS