Newcastle (la enfermedad) en California
Para que nadie se llame a engaño, recordaremos que Newcastle es el nombre de una importante población, en la costa nordeste de Inglaterra, en la que, a comienzos del pasado siglo tuvieron lugar los primeros focos de la entonces denominada “peste aviar” y más tarde ya conocida por el nombre de esta ciudad.
Desde entonces, la enfermedad de Newcastle – ND – es una de las enfermedades víricas más peligrosas al haberse extendido por todo el mundo. En España concretamente tuvo entrada en 1945, ocasionando una importante mortalidad, aunque pronto atajada con las primeras vacunas que entonces aparecieron en el mercado, mientras que el último brote detectado ocurrió en 1992.
En Estados Unidos, los brotes ocurridos en 2002 provocaron el sacrifico de 4,5 millones de aves en el oeste del país – principalmente en California – y, desde entonces, la enfermedad ha seguido afectando esporádicamente al sector avícola norteamericano.
Y si traemos a colación esta enfermedad, en relación con la investigación canadiense sobre la patología de las aves de traspatio de este país, es por la detección del virus VND – la forma virulenta de la misma – en aves también de traspatio del Estado de California.
El hecho no es nuevo, pues la enfermedad ya se había manifestado con anterioridad en manadas de aves comerciales del mismo, obligando a una vacunación preventiva, pero su diseminación actual parece de más gravedad, por haberse detectado cerca de 500 focos en este Estado, mas otros dos en los vecinos Arizona y Utah.
La importancia del caso no radica solo en que ya han tenido que ser sacrificadas por eutanasia 1,2 millones de aves con el fin de contener la expansión del virus sino en la polémica que se ha creado en torno a que, entre ellas, se hallan todas las aves de traspatio de las zonas afectadas.
«Siendo una enfermedad incluida en la lista A de enfermedades aviares transmisibles con un potencial patógeno elevado y una diseminación rápida, la ND es, junto con la influenza aviar, de declaración obligatoria. Las personas en contacto con este virus pueden desarrollar una conjuntivitis temporal, pero no se ha descrito su transmisión entre seres humanos»
Y en una época en la que cualquier noticia se transmite instantáneamente, vía teléfono móvil, y es muy fácil crear una corriente de opinión a través de Facebook, el hecho de que una niña a la que hayan sacrificado su pavo de compañía, junto con algunas otras aves, aparezca llorando ante la televisión ha creado un movimiento que, al cerrar esta edición – a primeros de marzo – está creando problemas a las autoridades sanitarias de este Estado norteamericano.
Mientras, el CDFA – Departamento de Alimentación y Agricultura de California – se queja de que algunas personas que tienen algunas aves de compañía, o de traspatio, en sus casas no colaboran en el control de la enfermedad por no informar sobre ello, ni tampoco sobre su fallecimiento cuando ocurre. Y aunque la gran mayoría de esos particulares ya comprenden el problema, la actitud de unos pocos hace que se perpetúe el problema …