El pasado junio, el Clúster Alimentario de Galicia otorgó el premio Mejor proyecto empresarial a Pazo de Vilane, una iniciativa pionera en la producción de huevos de gallinas en libertad en Galicia, que reactiva la economía rural, favorece el desarrollo de la mujer y fomenta la cultura en la Comarca de Ulloa. «Siempre quisimos un Pazo de Vilane vivo, con capacidad de crear riqueza en el entorno», explica su gerente Nuria Varela-Portas.

Tal y como comentan desde la propia compañía, se trata de un proyecto familiar que nace de la vocación de recuperar un patrimonio que pertenece a la misma familia desde sus inicios: «Fue nuestro padre Juan Varela-Portas Pardo quien, con 66 años, emprendió su última aventura vital», explica Varela-Portas. Se trata de un pazo del siglo XVIII y sus fincas, devolviéndole así su razón de ser como unidad generadora de riqueza y rentas para el entorno rural donde se ubica.

Según la gerente de Pazo de Vilane, «fuimos a contracorriente de todas las tendencias imperantes en aquel momento y regresamos al campo, al medio rural». Allí desarrollaron un proyecto que consiste en comercializar huevos camperos y mermeladas «con un 80% de fruta producida por nosotros de frambuesa, arándanos y tomate».

 

Enfoque sostenible

Otro de los puntos clave de la iniciativa es que el consumidor de Pazo de Vilane «responde perfectamente a los valores que nosotros defendemos: respetar a los animales, cuidar el entorno y reinvertir lo obtenido en mejoras y en salarios para los trabajadores», puntualiza Varela-Portas. De esta forma, se aplican medios de producción que permiten aprovechar y reciclar todos los recursos que dan la naturaleza en las fincas: «Abonamos los frutos del bosque con el estiércol que proporcionan las gallinas. Se aprovecha todo lo que da la tierra para seguir creando», añade su gerente.

En 2015 consiguieron una facturación de 4 millones de euros. Sin embargo, los comienzos fueron duros: «A finales de los años noventa, nadie apostaba por invertir esfuerzos y dinero en el campo, porque era un sector en depresión», comenta Varela-Portas. En este sentido, para crecer fue decisivo vender no solo en Galicia, sino en otras zonas de España como Madrid, trabajando por el camino y siendo fieles a su principio: «En Pazo de Vilane no fabricamos huevos, cuidamos gallinas», recalca Varela-Portas.

para crecer fue decisivo vender no solo en Galicia, sino en otras zonas de España como Madrid

De las 50 gallinas con las que Pazo de Vilane contaba en sus inicios han pasado a tener unas 100.000, dando trabajo a 30 personas -en su mayoría mujeres- y «desarrollando una línea de producción hortofrutícola en ecológico», concluye Varela-Portas.

 

Una línea de I+D de producción y transformación ecológica

Desde el año 1996, Pazo de Vilane -un proyecto familiar de varias generaciones en el medio rural de Galicia- elabora productos artesanos, derivados de la agricultura ecológica y granjas autosustentables mediante la implantación de placas solares para autoconsumo. Según el Clúster Alimentario de Galicia (Clusaga), estos procesos, donde se produce la transferencia de conocimientos tecnológicos I+D en los productos, mejoran la calidad de vida de los consumidores y la relevancia socioeconómica.

Fuente: EL ECONOMISTA y elaboración propia

 

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