Resumen Conferencia impartida por Félix Ponsa, responsable del servicio técnico a nivel global de Lohcexc Service Spain, en el marco de las Jornadas Profesionales de Avicultura 2013 el jueves 30 de mayo en la Facultad de Veterinaria de León a las 15:00

La capacidad productiva de las gallinas ponedoras comerciales es extraordinaria. Cada año producen un mayor número de huevos con una mejor eficiencia alimenticia. Este incremento productivo es debido a la combinación de varios factores: una genética altamente seleccionada, avances en la nutrición, una mejora de las instalaciones y el manejo, y a la aplicación de un buen programa sanitario con un completo programa de vacunación.

El diseño de un programa de vacunación en gallinas ponedoras es uno de las decisiones más importantes de cara a salvaguardar y mejorar los resultados zootécnicos, sanitarios y económicos de una empresa. Pero, ¿son necesarias tantas vacunas a las pollitas futuras ponedoras?

No hay ninguna duda que “Prevenir es mejor que curar”. “Prevention first”. La prevención es la clave para controlar las enfermedades zoonóticas como la salmonelosis, las neoplásicas como la enfermedad de Marek, las inmunodepresoras como la enfermedad de Gumboro y muchas enfermedades del aparato respiratorio como la micoplasmosis o la bronquitis infecciosa que son predisponentes de procesos septicémicos bacterianos como la colibacilosis. La prohibición del uso de antibióticos para luchar contra la Salmonella, las estrictas restricciones de uso de antibióticos durante el periodo de producción de huevos y la aparición de cepas de E. coli multiresistentes que no responden a los tratamientos con antibióticos fuerza a los productores de huevos a aplicar todas las medidas disponibles para la prevención.

La organización de las empresas productoras de huevos en granjas multiedad, para tener una producción constante a lo largo del año y rentabilizar al máximo las inversiones en instalaciones y maquinaria, condiciona de forma negativa el control sanitario y las medidas de bioseguridad. En los núcleos avícolas multiedad, donde no es posible realizar un vacío sanitario y una eficaz limpieza y desinfección, frecuentemente habitan aves portadoras asintomáticas de diferentes enfermedades y agentes zoonóticos. Entre ellas podemos destacar la micoplasmosis y la salmonelosis como las más prevalentes, pero otras enfermedades como la bronquitis infecciosa, la de Newcastle, el síndrome de caída de puesta, la laringotraqueítis, la encefalomielitis y la viruela, entre otras, pueden tener una gran repercusión perjudicando la producción y la calidad de los huevos.

Todo programa vacunal se ha de diseñar de acuerdo a la prevalencia de las enfermedades de la región o del país y de las necesidades específicas de la granja de destino de las pollitas ponedoras. Por consiguiente, si una granja tiene historial de coriza, pasteurelosis o tiene incidencia de virus variantes de bronquitis infecciosa, por ejemplo, se actuará en consecuencia. Y esto se ha de programar con suficiente antelación y aplicar en la granja de recría, donde se producen las pollitas futuras ponedoras que se trasladaran a las granjas de puesta multiedad. Una pollita bien recriada tiene que tener anticuerpos protectores contra los agentes infecciosos presentes en la granja de producción de destino para poder ser inmune al desafío de campo. En condiciones normales, una buena inmunización vacunal durante el periodo de recría proporciona una sólida protección durante todo el periodo de puesta, siempre y cuando vaya acompañada de las medidas básicas de bioseguridad y de buenas prácticas de manejo, control de roedores y control ambiental.

El objetivo de un buen programa sanitario es permitir manifestar el potencial genético de las ponedoras en los distintos sistemas de alojamiento para producir el máximo número de huevos vendibles de la mejor calidad, libres de Salmonella y de residuos de antibióticos, con los mínimos costes posibles.

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