La secretaría de la Convención
sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre
(CITES), dependiente de la ONU,
ha criticado por desproporcionada la prohibición, por parte de Bruselas,
del comercio internacional de aves salvajes no criadas en cautividad.
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La secretaría de la Convención
sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre
(CITES), dependiente de la ONU,
ha criticado por desproporcionada la prohibición, por parte de Bruselas,
del comercio internacional de aves salvajes no criadas en cautividad.
"Entendemos la necesidad de eliminar la amenaza de la influenza aviar,
pero esa decisión, inflexible y definitiva, resulta desproporcionada
y dificulta las tareas de conservación llevadas a cabo por los países
en desarrollo, a los que se priva de los beneficios que les reporta tener una
fauna salvaje", aseguró en Ginebra el secretario general de la CITES,
Willem Wijnstekers.
En ese sentido, insistió en que "el desarrollo sostenible se basa
en decisiones que concilien plenamente las necesidades sociales, económicas
y medioambientales", mientras que "en este caso no se han tenido en
cuenta las últimas".
La Unión Europea (UE) ha aprobado una nueva regulación, que sustituirá
a la actual prohibición total a la entrada de aves cautivas, como loros
o guacamayos, compradas como mascotas o para cetrería, y que busca evitar
la propagación de la influenza aviar.
A partir del 1 de julio, se podrán importar aves criadas para esos fines,
pero no se autorizará la entrada de aquéllas que vivían
de forma silvestre y que luego fueran capturadas.
Además, los países de la UE sólo podrán importar
aves cautivas procedentes de estados o regiones que tienen permiso para vender
a los países comunitarios aves de granja y derivados, entre los que figuran
varios de Brasil y Chile.
La CITES ha expresado su decepción ante esa nueva norma y lamenta que
pueda "dar la impresión errónea de que el comercio internacional
de aves no está controlado de forma eficiente, mientras que está
cuidadosamente regulado por los 169 miembros de la Convención".
El comercio mundial de aves salvajes está en recesión, ya que
en 1975 (año en que entró en vigor la Convención) se intercambiaban
en el mundo cerca de 7,5 millones de esos animales, mientras que hoy en día
sólo se venden 1,5 millones.
Esa tendencia es a la inversa en el comercio de aves de corral vivas, un negocio
que mueve más de 750 especímenes al año y que no se ve
afectado por la nueva ley sanitaria de la UE porque, en teoría, esos
animales no conllevan tantos riesgos como los salvajes.
El comercio mundial de aves salvajes se basa, fundamentalmente, en la comercialización
de pinzones de África Oriental, donde son muy abundantes, según
la CITES.
La propia Convención ya establece prohibiciones de comercio internacional
para las especies en peligro de extinción, como las tortugas de mar o
los tigres, aun sabiendo que las restricciones llevan implícitas el peligro
de generar mercados negros o poco transparentes.
Por ese mismo motivo, lamenta la decisión adoptada por la UE, que en
su opinión también pone en peligro la supervivencia de las comunidades
pobres, que dependen de un "comercio de aves estable a largo plazo"
y que pierden "los incentivos económicos que tenían para
proteger los hábitats de esos animales".
Para la organización, el informe de expertos en el que se basó
la nueva norma europea no estudia los efectos que tendrá su aplicación,
a pesar de reconocer que hay comunidades que conservan los hábitats de
las aves expresamente para poder capturarlas y exportarlas.
EFEAGRO