Disponer de leche igual que disponemos de gasolina: esta es la iniciativa que desde hace unas semanas ha puesto en marcha la empresa ganadera Via Làctea 2001 y el proyecto que está estudiando la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) para aumentar las ganancias y rebajar los precios al consumidor.

De momento, la empresa ganadera de Campllong (Gironès), Via Làctea 2001, ha adquirido solamente dos máquinas expendedoras de leche a granel para evaluar cómo responde la clientela. Los cajeros, que se emplazarán en el Mercat del Lleó de Girona y en el parque de el Carriles de Cassà de la Selva, tienen un precio de 25.000 euros cada máquina, por lo que una de las socias de la empresa, Maria Bosch, afirma que deben esperar un tiempo para saber si es rentable instalar más expendedoras.

Cada máquina contiene 300 litros de leche fresca, previamente pasteurizada,
y repuesta a diario. Para adquirirla, el consumidor paga un euro por litro y
en caso de que no lleve lechera, puede adquirir envases de vidrio o plástico
de la propia expendedora.

Se podría decir que el caso de Via Làctea 2001 es la materialización
del proyecto que está estudiando, en cuanto a normativa y comerciabilidad,
desde hace semanas la organización agraria UPA. Según ésta,
la venta directa de leche al consumidor en surtidores acabaría con los
desajustes que hay actualmente entre los precios en origen y los precios en
destino, dado el incremento que se produce con el proceso de distribución.
Según la Unión, la leche estaría disponible para los consumidores
de forma parecida a la que lo está la gasolina ya que el sistema es muy
sencillo: a través de unos depósitos que cuando se agotaran avisarían
al ganadero con un SMS para que los repusiera.

 

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