Los ingenieros de la Universidad de Ohio, en Estados Unidos, han descubierto una nueva aplicación de la cáscara del huevo.
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Los ingenieros de la Universidad de Ohio, en Estados Unidos, han descubierto
una nueva aplicación de la cáscara del huevo, un subproducto del
sector de la avicultura de puesta norteamericana que representa unas 455.000
toneladas al año.
El proceso ya lo han patentado y supone el aprovechamiento del carbonato cálcico
de la cáscara del huevo en un complejo proceso químico para secuestrar
el dióxido de carbono utilizado para la producción de hidrógeno
que, a su vez, puede utilizarse como pila de combustible en sustitución
de las fuentes de combustibles tradicionales.
Según han indicado los investigadores, lo que se intenta es reducir la
dependencia de las actuales fuentes de energía, como el carbón
y el petróleo y si con el proceso desarrollado se pueden reducir los
costes de eliminar las cáscaras de los huevos, tanto mejor.