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Envenenar zanahorias con un virus letal es la última ocurrencia de los científicos australianos para acabar con la mayor plaga medioambiental del país, los conejos.

Los conejos, traídos a Australia por los colonos europeos del siglo XIX, son ahora una plaga y son responsables de pérdidas anuales de unos 400 millones de dólares.

El Gobierno equipara el daño que hacen estos animales sobre la vegetación y la fauna endógena australiana a la pérdida de cien mil empleos.

Con una población superior a los cien millones de ejemplares, todos los intentos pasados de controlar su número han fracasado hasta la fecha, desde los vallados kilométricos hasta la destrucción de sus madrigueras.

Pero la solución podría ser un nuevo virus introducido en Australia hace tres años que causa la muerte de los conejos irremediablemente en menos de cuarenta horas, salvo que se les vacune.

Graeme Enggleston, director del Grupo de Gestión de Control de Conejos del departamento de Agricultura del estado australiano de Nueva Gales del Sur, explicó que los efectos del virus de la familia calicivirus, son bastante exitosos.

Se ha podido reducir la población de conejos hasta un noventa por ciento en algunas áreas, pero en otras el porcentaje ha sido tan solo del sesenta por ciento.

El método actual de inoculación del calicivirus es complicado porque requiere la captura del suficiente número de conejos para que, después de infectados, transmitan la enfermedad al resto de individuos de su familia.

La solución que prueban ahora los especialistas del Grupo de Gestión de Conejos es contaminar zanahorias con el virus y de esta manera ahorrarse el complejo proceso anterior.

Las zanahorias contaminadas con calicivirus parecen un método más efectivo para la propagación de la enfermedad que el actual sistema de captura, inoculación y liberación de conejos.

«Cunicultura». Octubre 1998

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