Aprender a prosperar. El arte y la ciencia de la cría de pollitas destinadas a aviarios

Cada vez hay más y más productores de huevos que están cambiando a sistemas de aviarios de puesta. Pero preparar a las pollitas para moverse en un sistema de alojamiento multinivel no es tan fácil como colocar unas aves criadas de forma convencional en una nave y asumir que descubrirán cada componente del sistema.

De hecho, el éxito de la cría de pollitas en un aviario depende de un proceso paso a paso que requiere mucha mano de obra para ayudar a las aves jóvenes a aprender a desplazarse hacia arriba, moverse entre varios niveles, acceder a los nidales y a otros recursos y vivir en manada. Es un trabajo, un gran trabajo, que muchos productores de huevos están asumiendo por sí mismos a medida que se dan cuenta de los beneficios de unas pollitas bien preparadas para ello.

Richard Boer, de Brightside Poultry, en Chilliwack (British Columbia, Canadá), está produciendo huevos ecológicos desde 2017. Hasta que las regulaciones de espacio por ave cambiaron en 2019 tenía a sus manadas en naves de yacija clásicas, con un foso poco profundo cubierto de slats. Para cumplir con los nuevos requisitos de la forma más rentable construyó su primera nave de puesta de tipo aviario en 2019: un gallinero de 16.000 aves con el sistema Natura Step.

El plan, desde el principio, era el montar un criadero de pollitas para 16,000 aves tan pronto como completara la nave de puesta. Sin embargo, la construcción de esta significó que su manada inicial de gallinas, en vez de ser criada en un sistema de aviario, lo fue en un sistema convencional de suelo. La experiencia, que dice que no tiene intención de repetir, lo convenció de la necesidad absoluta de las pollitas criadas en aviario.

«Sabíamos que sería una lucha, pero fue más que una lucha», dice Boer. «Había tantos huevos en el suelo, tantos que el recogerlos era un trabajo casi de jornada completa.

De hecho, Boer tuvo la suerte de que los huevos en el suelo fueran su mayor desafío. Las aves que no saben cómo moverse en un aviario pueden tener dificultades para encontrar el pienso y el agua, pueden no distribuirse bien por todo el espacio y pueden terminar apiñándose y aplastándose en ciertas zonas de la nave. Y si bien los huevos en el suelo son una molestia y representan un coste frustrante, la inanición y los aplastamientos pueden diezmar los ingresos.

En la actualidad, la recría de pollitas de Boer está en marcha, suministrando todas las que requieren sus aviarios de puesta.

Utiliza el sistema Natura Primus, que mantiene a las pollitas confinadas entre cuatro y cinco semanas, hasta que los frentes del aviario se abren y las rampas les permiten acceder a los aseladeros exteriores, al suelo del local y a otros niveles.

De Booer dice que algunas aves descubren aletear y moverse por todo el sistema casi tan pronto como se abren los frentes del sistema. Entre las 11 y las 13 semanas prácticamente todas se mueven cómodamente entre el piso, los niveles de aseladeros y el nivel medio del sistema.

Mientras, en el otro lado del país, David Lefebvre opera un sistema similar en sus aviarios Ferme St-Ours Inc., en Montérégie, Quebec, con la ayuda del encargado de la granja, Joel Ramos. Lefebvre dispone de: dos naves de puesta de 20.000 gallinas, otra de 50.000, dos naves para 10.000 ponedoras ecológicas y una docena de instalaciones menores, para 5.000 gallinas cada una, también de este tipo, y todas ellas en sistema aviario y abastecidas de pollitas recriadas por otras unidades propias con el mismo sistema.

 

 

 

PASOS INICIALES

Lefebvre y Ramos instalan a sus pollitas en el nivel más bajo de su batería de tres niveles y luego separan a la mitad del grupo a los 10 días para proporcionarles el espacio adecuado. A los 28 días, colocan unas rampas desde las jaulas hasta el piso y luego abren las puertas de estas.

Durante las primeras dos semanas después de haber abierto la puerta de las jaulas Ramos y otros operarios pasan cada noche por sus naves, después de haber apagado la luz, para hacer subir a las pollitas al sistema.

«Los primeros días se necesitan unas tres personas durante una hora para esta operación en el aviario de recría con 20,000 pollitas», dice Ramos. «Pero en el resto de la primera semana son unos 45 minutos, la segunda semana de 15 a 30 minutos y día tras día tenemos menos aves en el suelo hasta que el 99 por ciento de ellas están en el sistema al final de las dos semanas».

Una vez que se completa el entrenamiento inicial de dos semanas, las aves tienen acceso a todo el sistema y a las 12 semanas se comienzan a retirar gradualmente las rampas, que solo tienen en las naves de pollitas marrones, que vuelan menos que las blancas, en las que no disponen de ellas.

En las naves de aviario con gallinas marrones ecológicas instalan sus propias rampas para que las aves se vean obligadas a caminar enfrente de los nidales para que así los descubran más fácilmente

 

LA ILUMINACIÓN ES CRÍTICA

“El aspecto más crítico del manejo es la iluminación”, como dicen al unísono los tres productores». Y, según Lefebvre, se quiere reproducir el atardecer y el amanecer del día natural ya que las aves siguen la última luz, por lo que les proporcionan la misma dirigiéndolas hacia donde uno quiere que vayan, dice Lefebvre.

Pero, por supuesto, no todo es tan simple como eso. Cada manada es diferente, por lo que la optimización de la iluminación y otras estrategias de manejo dependen de un ajuste cuidadoso y constante. «El secreto es la observación», dice Ramos. «Hay un conjunto general de principios, pero con la iluminación y otras tantas cosas nosotros respetamos las orientaciones, pero los detalles los modificamos».

No hay duda de que entrenar a las aves para el éxito de un aviario es mucho trabajo. Sin embargo, los tres productores dicen que hay beneficios obvios en la crianza de las propias pollitas.

Boer dice que criar sus propias pollitas le permite un mejor control sobre ello ya que cuando las ha adquirido ya recriadas nunca ha sabido exactamente como serían. «No sabías si el lote sería “súper volador” y ni si el número de las pedidas coincidiría con el de las entregadas”, dice.

Lo más importante es que los tres productores realmente disfrutan trabajando en el entorno del aviario. «Ver a las aves utilizar el aviario, saltando y volando en todos los sentidos y durmiendo en la fila superior por la noche, es genial como si fuesen pájaros«, dice Boer.

Ramos y Lefebvre están de acuerdo. «Cuando estás en el aviario, estás en el lugar de las aves, en una atmósfera completamente diferente. Es realmente genial ver a las aves beneficiarse y aprovechar esa libertad«, dice Ramos.

«Y esperamos que con el tiempo obtengamos el resultado para todos nuestros esfuerzos con las gallinas no enjauladas, pero incluso si no lo conseguimos nos gusta este tipo de producción«, dice Lefebvre.

 

EL TIEMPO CON LAS AVES

Boer y Ramos están de acuerdo en que, fuere el que fuere el sistema de producción elegido, el éxito depende de las horas que uno pase en los gallineros, tanto en la recría de las pollitas como en la etapa de puesta.

Boer recomienda hacer ruido, moverse libremente y dejar que las pollitas te conozcan a medida que las conoces. Camina intencionalmente donde le apetece dentro del aviario. A menudo canta junto a la música auriculares.

«Cuanto más acostumbrados están al movimiento y al ruido, más tranquilas y menos voladoras son», dice. «Nunca puedes pasar suficiente tiempo en el local».

También piensa que el movimiento anima a las aves a moverse.

«Cada vez que pasas por el gallinero las activas pues quieren ver quién es, se levantan para seguirte y en vez de tener unas aves simplemente sentadas en el suelo las haces moverse. Ven a otras aves usando las rampas y esto las ayuda a descubrir cómo subir al sistema».

 

LO QUE MUESTRA UNA INVESTIGACIÓN

Ana Rentsch, estudiante de doctorado en la Universidad de Guelph, está investigando la mejor manera de criar las pollitas para el éxito en un aviario de puesta. Entre el verano de 2019 y mayo de este año ha criado cuatro manadas de pollitas, con un total de 12.000 aves, bien en tres sistemas de aviarios o bien en jaulas convencionales.

Los sistemas de aviario estudiados diferían en su complejidad espacial a la que las aves tenían acceso en sus primeras semanas de vida. El sistema más simple consistía en una pequeña jaula que acogía unas 115 aves, con un comedero, un bebedero y un solo aseladero.

Otro consistía en una jaula ligeramente más grande para unas 140 aves y disponía de un nivel elevado y 3 aseladeros, mientras que el sistema de mayor complejidad acogía unas 600 aves y permitía el acceso a todo el espacio de la nave, en cuyo centro se disponía de, una plataforma elevada y de 5 a 6 aseladeros.

Al llegar las pollitas a las 6 semanas de edad, todos los sistemas se abrieron para ofrecerles acceso al suelo y a los múltiples niveles de la nave. Y no fue sorprendente que los sistemas de aviario convencional y simple permitieran un acceso más fácil al pienso y al agua, mientras que el sistema abierto representó un mayor reto para el movimiento.

Según Rentsch, «vimos problemas de manejo en el espacio más complejo, ya que es un reto comenzar con los pollitos cuando no están muy confinados pues requiere más trabajo«.

En cuanto a su desarrollo físico, las aves criadas en aviarios se desarrollaron mejor que las aves criadas en sistemas de cría convencionales. Pero hasta la fecha, no se hay evidencia concluyente de que existan diferencias físicas entre las pollitas criadas en los diferentes sistemas de aviario.

Sin embargo, existen claras diferencias de comportamiento, algunas de las cuales pueden afectar la salud física a largo plazo. Según Rentsch, la actividad de las pollitas blancas es mayor que la de las marrones y en una nave sin particiones, prácticamente todas ellas corren desde un extremo a otro, a menudo batiendo sus alas en el camino, varias veces al día. y luego vuelven a hacer lo que estaban haciendo antes. “No sabemos por qué lo hacen, pero es un comportamiento habitual cuando tienen para realizarlo«, dice. «Parece que hay muchos desencadenantes diferentes, pero no tiene que ser estresante«, añade.

Mientras tanto, las aves en aviarios más complejos desarrollan una mejor función cognitiva, según muestra la investigación de Rentsch. Cuando las aves alcanzaron las 13 semanas de edad, Rentsch puso a prueba sus habilidades de aprendizaje montando un laberinto en forma de T, con una recompensa en un extremo. Descubrió que las aves criadas en los aviarios de complejidad media o alta constantemente encontraban la recompensa más rápido que las criadas en un sistema simple.

«Si bien la prueba no es suficiente por sí sola para decir que tienen una mejor capacidad espacial, las aves de los sistemas más complejos parecen aprender más rápido. Lo que podría significar es que, si pones esas aves en un aviario de puesta, podrían aprender más rápidamente dónde están los recursos y los nidales«, dice Rentsch.

 

 

Curiosamente, observó que las pollitas criadas en un sistema de aviario más simple no eran mejores para encontrar recompensas en el laberinto en T que las criadas en una jaula convencional.

También dice que el resultado más interesante fue que las Lohmann Selected Leghorns utilizaban las oportunidades espaciales de manera constantemente mejor que las Lohmann Brow, eran más rápidas en el aprendizaje y parecían más capaces físicamente de realizar ciertas habilidades, independientemente de sistema de explotación.

Rentsch aún no tiene datos finales sobre los impactos a largo plazo de los tipos de crianza. Entre otros resultados futuros, espera tener pronto un análisis a partir de los datos de rayos X para determinar si las diferencias en la crianza finalmente originan cambios en la incidencia de las fracturas del esternón en las gallinas adultas.

Además, cree que ciertas investigaciones pueden ayudar a los productores a tomar decisiones de compra sobre el sistema de aviario. Por ejemplo, investigaciones anteriores muestran definitivamente que las aves se benefician de ser criadas con acceso a los aseladeros desde el primer día en adelante. Y ello no solo las ayuda a moverse en el espacio vertical, sino que reduce el picaje de plumas, el canibalismo y la puesta de huevos en el suelo.

Sin embargo, hay otro factor crítico pues cada granja tiene diferentes necesidades y prioridades de manejo. “Y si bien podríamos montar un aviario que fuera un paraíso para un ave, tal vez no lo sería para el criador y, en última instancia, cualquiera que sea el sistema que uno elija, tiene que servir para éste”, añade.

MADELEINE BAERG
Canadian Poultry, 108: 9, 8-12. 2021

 

 

 

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