El megacomplejo agroalimentaria de Bon Àrea en Èpila, Aragón, albergará mataderos para pollos, pavos, cerdos y vacuno. En el mismo recinto estará el centro logístico con más de 200 muelles de carga y descarga y moverá hasta 45.000 cajas y 1.123 palés a la hora. La DGA adelanta el diseño de la planta para licitar el proyecto de urbanización y poder así comenzar las obras en un año.
La plataforma de Bon Área
El macrocomplejo agroalimentario que Bon Àrea pretende inaugurar en Épila en 2021 aumentará de forma sustancial el tráfico en la autovía de Madrid (A-2) y en las dos carreteras autonómicas que comunican el municipio con las autovías de Valencia y de Logroño. Las estimaciones oficiales apuntan a que 1.300 camiones entrarán y saldrán a diario de la plataforma cuando esté a pleno rendimiento, a los que se sumarán los más de 4.000 desplazamientos que harán los trabajadores en sus vehículos.
Solo el tráfico pesado que generará Bon Àrea representa más de un 25% del movimiento de camiones registrado en el primer cuatrimestre del año en la estación de aforo de la A-2 más cercana a Épila, situada en la subida a La Muela, por donde pasan 5.075 tráilers diarios de promedio.
Para afinar los cálculos y planificar las obras necesarias de acceso al complejo, el Gobierno de Aragón acaba de adjudicar un estudio de tráfico y capacidad de la A-1305, por la que entrarán todos los vehículos. De hecho, la planta se construirá en paralelo a esta vía, a lo largo de más de tres kilómetros desde el entronque con la autovía de Madrid, enfrente del polígono industrial El Sabinar.
Para ordenar semejante movimiento de camiones y coches, la DGA ha previsto construir tres enlaces en la carretera autonómica. Su ejecución irá en paralelo al propio desarrollo de las instalaciones de Bon Àrea, que se prevé que estén a pleno rendimiento en 2026. Con el fin de proyectar los accesos en función de las necesidades, la DGA adjudicó hace unos días un estudio de tráfico y capacidad de las vías de la A-1305 a la ingeniería Sers. Esta reconocida empresa zaragozana deberá calcular la Intensidad Media Diaria (IMD), así como la capacidad y nivel de servicio actuales en diferentes secciones de la carretera y el tráfico inducido por la plataforma agroalimentaria. También deberá proponer una solución viaria y planificar las fases de actuación en el mismo plazo, fijado por contrato en dos meses. Su coste, como el resto de trabajos de urbanización de los terrenos, correrá a cargo de las arcas autonómicas.
Uno de los accesos se hará a la altura del enlace del polígono El Sabinar y otro, en el extremo opuesto, donde se habilitará el área de servicios del complejo, que incluye una depuradora, sendas plantas de residuos y pirólisis, un edificio de descanso para los camioneros, un lavadero para sus vehículos y dos aparcamientos de proporciones gigantescas, dotados de 1.045 plazas.
Una galería subterránea
La capacidad de producción de la plataforma agroalimentaria de Bon Àrea justifica semejantes cifras de tráfico. A lo largo de sus más de tres kilómetros de longitud se construirán catorce unidades de producción distintas, habilitadas en una sucesión de naves largas y estrechas y comunicadas por una galería subterránea para garantizar la máxima fluidez.
Solo en el centro logístico, que se construirá estratégicamente en el centro del complejo y que contará con su propio acceso directo a la carretera autonómica A-1305, se han previsto más de 200 muelles para la carga y descarga de camiones. Para organizar el trabajo de la forma más eficaz, habrá espacios separados para los productos frescos, congelados y secos. En total, se podrán manipular 45.000 cajas, 2.030 carros (rolls) y 1.123 palés a la hora en el mayor punto de carga y descarga, dotado con 104 muelles.
Desde ahí se dará servicio a una playa de preparación de pedidos de 5.625 metros cuadrados en la que los productos no llegarán siquiera a estar en ‘stock’, un sistema utilizado por los grandes distribuidores de productos frescos. Técnicamente se conoce como ‘cross docking’.
El complejo agroalimentario tendrá 3 km de longitud unidos por una galería subterránea
Un almacén robotizado para surtir las 500 nuevas franquicias de la CAG y las ventas on line.
La Corporación Alimentaria Guissona tiene un ambicioso plan de apertura de medio millar de tiendas por el centro, norte y levante español, a las que se suministrará todo tipo de productos perecederos desde su plataforma de Épila. Y para lograr una distribución rápida resulta esencial el centro logístico ideado por sus técnicos, con 34 estanterías (denominadas shuttles) de 150 metros de longitud y 30 alturas, imprescindibles para una expedición rápida y lograr así unos costes optimizados en la cadena logística.
Con este sistema, las máquinas automatizadas podrán mover 20.400 cajas a la hora y recibir otras tantas. Todo este milimétrico engranaje se montará en dos naves paralelas, con capacidad para almacenar hasta 585.000 cajas cada una.
El grupo catalán no solo basa su crecimiento en una sólida red de tiendas propias, sino que confía en la expansión del comercio electrónico. Por ello, prevé cuatro espacios específicos para la preparación de pedidos por vía electrónica en su centro logístico.En esta mismo área se construirá otra nave para productos secos, de 4.200 metros cuadrados y con capacidad para almacenar 6.300 palés en tres alturas. Allí se podrán reservar hasta 2.000 referencias distintas y se moverán 1.200 palés al día, más de una quinta parte de su capacidad total.
A un lado y otro de este centro logístico se instalarán las 14 unidades de producción de la plataforma agroalimentaria de Épila. Desde una fábrica de piensos y una segunda de comida de mascotas a otras de pan, productos líquidos, sin gluten, postres y quesos, frutas y verduras y frutos secos y congelados.
El mayor espacio, para las plantas de procesado de aves
El mayor espacio se reservará para los cuatro mataderos (cerdos, pollos, pavos y rumiantes) que nutrirán los lineales de las futuras tiendas de Bon Àrea de sus productos estrella: los cárnicos y elaborados.
Igualmente, la plataforma agroalimentaria contará en el frente de la autovía de Madrid con una «megaárea» comercial y de oficinas, que incluirá una gasolinera de bajo precio y un aparcamiento para 400 coches.
Este nivel de detalle consta ya en el «diseño orientativo» del centro logístico e industrial de Bon Àrea, que ha proporcionado la Corporación Alimentaria Guissona a la DGA para poder licitar el proyecto de urbanización. Si se cumplen los plazos, a principios del año que viene estará listo todo el diseño de la red de servicios y del movimiento de tierras de las 225 hectáreas afectadas, cuyas obras comenzarán en septiembre de 2018.
El Gobierno de Aragón prevé invertir en estas obras entre 10 y 15 millones de euros en la urbanización. Aunque la cantidad es importante, nada tiene que ver con los 400 millones que los responsables del grupo Guissona pretenden inyectar en la próxima década para construir la plataforma agroalimentaria, que dará empleo a unas 4.000 personas si se cumple lo comprometido en la firma del convenio de colaboración con el grupo catalán en la sede de la DGA hace seis meses.
Fuente: [el HERALDO de Aragón] Jorge Alonso
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- Lérida / Lleida (España)