Editorial: Los cambiantes alojamientos de las aves

Este número de SELECCIONES AVÍCOLAS inicialmente se iba a titular “Especial Instalaciones” pero decidimos renombrarlo por “Especial Confort Ambiental”, ya que al igual que cada vez hablamos más de “salud”, en lugar de “patología”; la imparable presión social y legislativa nos lleva a hablar de “confort ambiental” y no meramente de “alojamientos”. Algunos hechos muy recientes nos reafirman en la importancia del tema, aunque con un enfoque muy diferente que el que habríamos adoptado hace unos años.

 

 

Como es sabido, la importancia del alojamiento de las aves radica en ser considerado como una de las “4 patas” sobre las que hay que mantener el equilibrio de cualquier explotación avícola, junto con la genética, la alimentación y la sanidad de las explotaciones. Sin embargo, en lo referente al mismo, ¿tenemos que insistir en lo ya sabido, como son, por ejemplo, los requisitos ambientales de los pollos, las características que deben reunir las naves de puesta, o los mil detalles que pueden definir el mejor confort para cualquier tipo de ave, como si no lo hubiésemos recordado un millar de veces?

En vez de ello, dentro de las limitaciones que nos impone el contenido de un ejemplar de SELECCIONES AVÍCOLAS – en el cual tiene que haber “un poco de todo” -. hemos elegido los 3 temas que se exponen a continuación, tratando sobre distintos aspectos de la producción, afectando respectivamente al medio ambiente, a los reproductores y al alojamiento de los pollos, pero con una evidente omisión, las instalaciones para ponedoras.

Esta importante omisión – que no es olvido – tiene una justificación: la lógica preocupación del sector del huevo por el reto que representa la anunciada interferencia de la Comisión Europea por la propuesta presentada ante el Parlamento de la UE para la prohibición de las jaulas – las de cualquier especie ganadera, incluidas las de gallinas -. Porque, aunque ello va para largo, recordaremos la inversión que representó, hace ahora 10 años, el cambio de las jaulas convencionales a las enriquecidas aún no está totalmente amortizado y que los organismos oficiales aún no se han pronunciado sobre el cuanto, el cómo y el cuándo de las anunciadas ayudas para cambiar a las gallinas de las baterías al suelo. Por tanto, el tema creemos que es motivo de preocupación, como también lo puede ser para los portugueses o para con una elevada proporción de gallinas en batería, aunque no para aquellos otros, más ricos, del norte de Europa.

Y otro motivo de preocupación es también la posibilidad, también planteada ante los organismos oficiales de la UE, de que en un plazo también indeterminado, seamos tan inconscientes como para cambiar la actual producción de pollos broiler por otros criados bajo unas condiciones diferentes a fin de poder gozar de un ambiente más “natural”, con una iluminación del exterior a través de ventanas, con “enriquecimientos” para su distracción, disfrutando de más espacio, etc. Pues. aunque por las experiencias llevadas a cabo en los últimos años se deduce que los actuales tipos genéticos de pollos crecimiento lento no tienen demasiadas ventajas en comparación con los broilers, no se puede descartar que por alguna “carambola” del destino, como ha ocurrido en los Países Bajos hace unos años, se llegue a un consenso para cambiar radicalmente las actuales formas de producción de esta importante fuente proteica. Al fin y al cabo, otras cosas más gordas han sucedido ….

 

 

Federico Castelló
Real Escuela de Avicultura

 

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