La Corte Suprema de los EE.UU ratificó el pasado lunes la prohibición de vender foie gras en el Estado de California al desestimar un recurso interpuesto por los productores y vendedores de este manjar; un capítulo más de la batalla que en este Estado mantienen productores y animalistas desde 2012, cuando entró en vigor la prohibición (aprobada en 2004) de producir y comercializar este producto.
Con esta decisión, contra la que no cabe recurso, la Corte Suprema del país devuelve al Tribunal de Distrito de California el pleito que mantienen ambas partes a raíz de esta polémica decisión impulsada por los grupos animalistas de EE.UU
La apelación ahora rechazada solicitaba que la Corte Suprema tomara en consideración otros testimonios y voces defensoras del actual método de producción. La parte recurrente, pese al revés que esta decisión supone, espera poder continuar con su causa. Mientras tanto, la decisión implicará que cualquier persona que viole la prohibición afrontará multas de hasta 1.000 dólares.
La decisión de la más alta instancia judicial de los EE.UU es un punto y parte (si no definitivo) de un conflicto cuyos orígenes se retrotraen a 2004, cuando las autoridades californianas aprobaron una ley que prohibía la venta de foie gras en el Estado y contemplaba sanciones de hasta 1.000 dólares (875 euros) para los restauradores que lo sirvieran.
La decisión ha sido celebrada muy satisfactoriamente por las principales asociaciones animalistas, en este caso tanto PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) como la Animal Legal Defense Fund, promotoras de la prohibión. Por parte de los productores se ha criticado muy duramente esta decisión “tomada como resultado de la influencia del lobby animalista, que orquesta campañas de propaganda sobre nuestros productos para abogar por un vegetarianismo dogmático”, afirmó la semana pasada Michel Fruchet, presidente del grupo francés de productores de foie gras Cifog.
Esta prohibición no solo ha despertado la reacción de los productores y restauradores, que esta misma semana anunciaron ya su voluntad de seguir con la causa judicial en el mismo tribunal de distrito que en 2015 paralizó la prohibición californiana, sino que ha encontrado aliados dentro del movimiento libertario norteamericano. Este movimiento, que ha apoyado jurídicamente la defensa de productores y restauradores, hunde sus raíces en una visión radical del liberalismo como forma de progreso y de ordenación política; defendiendo los principios de libertad de pensamiento, de acción y decisión, del individuo frente a imposiciones políticas de todo tipo.
En este sentido, desde la revista Reason, que edita la organización libertaria The Reason Foundation (el mayor Think Tank libertario de los EE.UU), se ha criticado con dureza esta decisión judicial pues, además de atentar contra la libertad de elección del propio consumidor, puede generar una suerte de guerra comercial interna entre diferentes Estados de los EE.UU en relación a los métodos de producción de carne, huevos, cosechas y otros productos agrícolas y ganaderos: si el Estado vecino me prohíbe vender el foie en base a argumentos de carácter ético, por qué razón habría de permitirle yo vender sus huevos producidos en jaulas en el mío. En esencia, para el movimiento libertario esta sería la principal derivada que –con sólidos argumentos–, teme que el caso, en caso de cerrarse negativamente para los productores de foie gras, pueda implicar para todo tipo de industrias agroalimentarias.
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