Todavía sujeto a los efectos de la influenza aviar en 2015, el comercio mundial de la carne de pollo está experimentando cambios profundos. Los tipos de cambio y los costes de alimentos influyen en un entorno en el que cada vez más consumidores imponen exigencias en materia de bienestar animal.
Nan-Dirk Mulder, analista mundial de proteínas animales en Rabobank debatió las perspectivas de la avicultura mundial y la importancia de los avances en la eficiencia productiva, a la luz de los desafíos cada vez mayores de las enfermedades de los animales, suministro y distribución, seguridad alimentaria, bienestar animal y sostenibilidad ambiental. Según él, en comparación con otras fuentes de proteínas de origen animal, la carne de ave está a la cabeza en casi todas las métricas, sin embargo, se enfrenta a una amenaza importante, que es el descenso de precios de la carne roja.
El mercado en continua transformación para adaptarse a las exigencias del consumidor
Según las previsiones de Rabobank, “las perspectivas del sector a largo plazo son muy buenas” gracias a la variedad de sus productos y al nivel de emisiones de carbono que se debe a la producción de esta carne, pues las aves de corral dejan una huella de carbono respetable en comparación con otras carnes.
Así, se espera que el fuerte crecimiento observado en los dos últimos años a nivel mundial continúe por lo menos durante los próximos dos o tres años.
El consumo de carne per cápita se sitúa en los niveles bastante bajos en la Unión Europea, comparado con otros países, como Australia con 93 kilos de carne por persona y año o Estados Unidos con 91 kilos, los dos mayores consumidores de carne a nivel mundial. De hecho, los ciudadanos de los Estados miembros de la UE consumen casi dos veces menos de carne por persona y por año, dejando un margen de desarrollo indiscutible para el sector.
El consumo de carne per cápita se sitúa en los niveles bajos en la UE, comparado con otros países, como Australia o Estados Unidos, los dos mayores consumidores de carne a nivel mundial.
En el caso de Portugal, con sus 37kg per cápita anuales, este mercado ahora está saturado con su lento crecimiento.
A nivel mundial, los consumidores son cada vez más exigentes, en virtud del aumento de la información disponible y ante la oferta de una gran variedad de productos, interesándose por conocer aspectos sobre la naturaleza del producto, métodos de producción y respaldo de las características específicas que le ofrece el producto alimenticio. Los sistemas de sellos de calidad representan una oportunidad para diferenciar los productos locales en el mercado convirtiéndose en una importante herramienta de comercialización.
De hecho, como publicaba la revista Filières Avicoles en su N°804, los consumidores muestran claramente su preferencia por productos alimenticios con normas de calidad más estrictas, en particular en lo que se refiere al respeto del bienestar de los animales. Estas expectativas sociales, sobre todo, en el Reino Unido, en Alemania o en los Países Bajos, tienen como consecuencia «un mercado cambiante debido a los nuevos conceptos de producción».
Los sistemas de sellos de calidad representan una oportunidad para diferenciar los productos locales en el mercado convirtiéndose en una importante herramienta de comercialización.
El equilibrio del mercado europeo
El desarrollo del sector de la carne de pollo, creciente a nivel mundial entre 2015 y 2016, fue particularmente significativo y rápido en Europa del Este y el Sudeste Asiático.
Cabe señalar también que los volúmenes producidos seguirán siendo superiores a los de 2014 y que, al igual que Australia, es probable que los Estados Unidos registren menos colocaciones en octubre, noviembre y diciembre.
En cuanto al mercado europeo, hay dos tendencias distintas: los países del norte aspiran a un menor volumen de carne, pero más valor agregado, mientras que a los países del centro y del este les interesan un mayor volumen.
El mercado chino, una oportunidad para aprovechar
Los precios de la carne de cerdo, la más consumida por los chinos, pronto se verán bajo presión. En cuanto a la carne de pollo, en 2015 China consumió 12kg al año por persona, menos que el consumo europeo estimado en 23 kg al año por persona. Según las previsiones de Rabobank, China se verá obligada a aumentar sus importaciones. Se espera que las importaciones chinas crezcan un 30% en 2016 y un 50% en 2017.
Los suministros de carne en China disminuyen y se estima que esta gran caída de reservas, que comenzó en 2013 y se intensificó en 2016, continuará por un año y medio más.
Esta situación abre las puertas a un mercado significativo. Aunque China ya había impuesto restricciones a la carne proveniente de Estados Unidos y de los Países Bajos, otros países, como Brasil o Argentina, quienes tienen acceso al mercado chino, pueden aprovechar esta coyuntura.
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