Desde el lunes 19 de febrero 700 restaurantes de 900 de Kentucky Fried Chicken -KFC- en Reino Unido amanecieron cerrados como consecuencia de un problema -desde el sábado 17- en el suministro de sus pollos. Y los pocos que abrieron en esa fecha lo hicieron ofreciendo sólo algunos menús limitados, pero no su típico pollo.
La cadena de comida rápida KFC es una de las que más ha incrementado su popularidad en los últimos años en Reino Unido. De hecho, de las 60.000 toneladas de pollo al año que vende en todo el mundo, un 42% son clientes británicos. Por este motivo, los amantes británicos del pollo frito se llevaron una sorpresa al ver que muchos de sus locales ya no abrían sus puertas dos días antes por faltarles un ingrediente importantísimo, precisamente el pollo, el eje de su negocio, que procede de granjas inglesas e irlandesas.
De las 60.000 toneladas de pollo que vende al año en todo el mundo, un 42% va destinado a clientes británicos
Según KFC, segunda mayor compañía, tras McDonalds, de comida rápida, el problema fue debido a que el encargado del reparto del pollo, DHL UK e Irlanda, se había retrasado en la entrega de los pedidos. DHL, propiedad de Deutsche Post, era el responsable de suministrar el pollo a KFC desde la semana anterior, cuando el acuerdo de la cadena con el grupo surafricano Bidvest había finalizado el pasado octubre.
John Boulter, director ejecutivo de DHL, que trabaja juntamente con otra empresa especializada en servicios de alimentos, QSL, ha declarado que “DHL lamenta la interrupción del suministro y está trabajando diligentemente para rectificar la situación al trabajar con KFC y otros socios involucrados en la cadena de suministro”. Asimismo, un portavoz de la compañía añadió que “debido a problemas administrativos, varias entregas han sido incompletas o demoradas. Estamos haciendo todo lo posible para rectificar la situación lo más pronto posible y nos disculpamos por cualquier inconveniente que esto pueda haber causado”.
Al parecer, los pollos se hallaban detenidos dentro de decenas de camiones atrapados en una terminal de distribución de DHL, en Rugby. Según The Guardian, en base a fuentes municipales, la nueva terminal no había sido debidamente inspeccionada y podría haber sido cerrada por incumplir la normativa de seguridad pues en el ayuntamiento de Rugby se enteraron por la prensa de que el edificio iba a ser utilizado para almacenar carne fresca de pollo. “No se requiere que DHL obtenga una licencia para el almacén, pero sí necesitaba registrarse”, ha dicho el ayuntamiento en un comunicado. “Ahora hemos recibido la documentación relevante y esperamos poder aprobar el registro en pocos días”.
KFC ha reconocido que parte de la carne atrapada en Rugby deberá ser destruida si no se tiene seguridad de su estado. Pero no es la carne el único daño colateral del cambio de distribuidor, pues el cierre puede afectar también a miles de trabajadores, contratados con un precario mecanismo en los establecimientos franquiciados, cobrando solo por el tiempo trabajado. La empresa calcula que diariamente está perdiendo 1 millón de euros.
Etiquetas: 11-NUTRICIÓN AVIAR • 13-PROCESADO Y COMERCIALIZACIÓN • 5-BIOSEGURIDAD • 6-NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN • 7-INSTALACIONES Y EQUIPOS • Carne de ave • carne de pollo • Empresas • Europa • KFC • Mercados • Reino Unido • suministros