La justicia alemana da la razón al sector avícola y permite continuar con el sacrificio de los pollitos macho….. hasta que la tecnología permita una alternativa.
El Tribunal Federal de Leipzig, Alemania, acaba de pronunciarse a favor de la legalidad de la práctica habitual , realizada en las plantas de incubación, de sacrificio de los pollitos macho (los hermanos de las futuras gallinas ponedoras).
El sacrificio nada más nacer de pollitos macho, que son inútiles pues no ponen huevos, no incumple, como habían denunciado organizaciones animalistas, la ley alemana que prohíbe infligir dolor o daño a los animales sin una «causa razonable», dictaminó el Tribunal Federal.
Autorizado…… hasta que no haya una solución técnica disponible.
Exactamente, el Tribunal Administrativo Federal de Alemania en Leipzig, ha dictaminado que el sacrificio no se oponía a una ley alemana que establece que «nadie debe infligir dolor, sufrimiento o daño a una mascota sin una causa razonable». Eso podría cambiar, sugirió el tribunal , si «se introducen métodos alternativos para determinar el sexo del pollito mientras aún está en el huevo», pero al estar todavía en su infancia los nuevos métodos de sexado in ovo , el sacrificio masivo de los pollitos macho sigue siendo legal.
Las organizaciones animalistas han criticado tanto el sacrificio de millones de aves cada año en las plantas de incubación, y los métodos de sacrificio, con gas, mediante trituración, etc solicitando su prohibición total.
En el pasado, los defensores del bienestar animal han propuesto criar pollos de “doble propósito”, que podrían criarse humanamente tanto para carne como para puesta, pero obtuvieron poco interés pues las estirpes orientadas a puesta no son reconvertibles ni rentables para producir carne.
Pero todo esto cambiará en breve gracias a la tecnología
Conscientes de la presión humanitaria y social que no entiende este sacrificio del 50% de los pollitos nacidos, se están desarrollando diversas iniciativas por todo el mundo para identificar y separar machos de hembras directamente en el huevo fértil.
Estas iniciativas, de gran complejidad técnica, revolucionarán sin duda el sector y propiciarán una mayor aceptación por parte de la sociedad. Con diversos enfoques, pero todas ellas tienen en común el realizar la tría de huevos por el sexo directamente en la incubadora.
En los EEUU, la United Egg Producers, que representa a la gran mayoría de los productores de huevos en los EE. UU., anunció en 2016 que reemplazaría el sacrificio por el «sexaje in ovo” tan pronto la tecnología lo permitiese. Este es un proceso que puede determinar el sexo de los pollitos antes de que se desarrollen dentro de sus huevos. Eso permite a la planta de incubación identificar los embriones macho y decantarlos para otros usos, ayuda a fabricación vacunas, piensos para mascotas, etc. La empresa de Texas, Ovabrite, está investigando esta tecnología.
En Alemania, probablemente el país del mundo que tiene más avanzada estas investigaciones debido a la enorme presión social, los primeros huevos disponibles comercialmente que utilizan el sexaje o “selección in-ovo” fueron producidos por SELEGGT GmbH, una empresa alemana fundada en 2017.
En Holanda la empresa In Ovo también tiene investigaciones muy avanzadas al respecto, igual que en Israel con la empresa eggXYT o la francesa “Tronico”, apoyada por Gépea y la Universidad de Nantes.
Carrera contra reloj
Actualmente hay una carrera frenética por quién será la primera empresa en ofrecer al mercado, con coste asumible y que pueda trabajar en plantas comerciales y de forma masiva, con millones de huevos, pues una cosa muy diferente es lograr el sexado in ovo en condiciones de laboratorio con unos pocos huevos y una exhaustiva supervisión, y otra conseguirlo en plantas de incubación comerciales que manejan millones de huevos por semana.
«Una vez que el proceso esté disponible de forma comercial, y todas las plantas de incubación hayan implementado esta tecnología, no habrá ninguna razón ni justificación para el sacrificio de los pollitos recién nacidos por razón de sexo», dijo a la prensa Julia Klöckner, la ministra alemana de alimentos y agricultura cuyo ministerio ayudó a financiar Seleggt. Klöckner ha calificado el sacrificio como «intolerable desde un punto de vista ético».
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