Un tribunal holandés responsabiliza a dos empresas por el escándalo de huevos contaminados con fipronil

Al cabo de 3 años de haber ocurrido, ahora un tribunal de Arnhem, en los Países Bajos, ha declarado a dos empresas responsables del escándalo que tuvo lugar en el sector del huevo en 2017 por una contaminación con el insecticida fipronil.

A consecuencia de ello, millones de gallinas fueron sacrificadas y millones de huevos y productos alimenticios tuvieron que ser retirados de los mercados y destruidos en toda Europa, después del hallazgo de este producto químico, prohibido para su uso en animales de producción, por ser potencialmente peligroso para el ser humano en dosis altas.

Según la investigación que se abrió, el fipronil se había utilizado como tratamiento para el ácaro rojo en las gallinas, un problema permanente en las granjas de puesta, para las que, de repente, pareció abrirse una panacea con este tratamiento.

La consecuencia fue el hallazgo de restos de fipromil en los huevos en Holanda y otros 7 países de la Unión Europea – aunque no en España -, estimándose entonces por la asociación neerlandesa de la industria del huevo, Ovoned, que las pérdidas para este sector en el país ascendieron a más de 60 millones de euros.

Unos 120 avicultores llevaron a cabo acciones legales contra dos empresas – Chickfriend y Chickclean, las proveedoras del producto – que, según ellas, era natural aunque el tribunal dice que «sus propietarios sabían que el pesticida Dega-16 contenía fipronil y que su uso para control de los piojos está prohibido».

Según el tribunal, los daños individuales que se pagarán a los avicultores se determinarán en una etapa posterior. En 2017 el escándalo condujo a  la creación de una investigación oficial holandesa sobre lo sucedido, que elaboró un informe en el que criticó duramente a las empresas del sector y a los organismos gubernamentales por no tomarse más en serio la inocuidad de los alimentos.

El actual dictamen judicial dice que las empresas de la cadena del huevo, la NVWA – Autoridad de los Países Bajos de Seguridad de los Productos Alimenticios y de Consumo – y los Ministerios de Salud y de Agricultura – no habían dado suficiente prioridad a la inocuidad de los alimentos y que las empresas de la cadena del huevo no cumplieron con su responsabilidad legal.

Además, también indica que «debería haber habido alarmas en el propio sector, que se pasó demasiado tiempo antes de que se tomaran medidas y que había demasiada incertidumbre sobre los riesgos para la salud pública”. Incluso un año después del escándalo original se encontró más fipronil en tres granjas holandesas y unos 73.000 huevos holandeses fueron retirados de la venta en Alemania (*).

 

(*) Para más información sobre lo sucedido, ver el editorial de SA de agosto del 2017 y las noticias publicadas en los números de agosto, setiembre y diciembre de este año.

 

Para saber más:

-. El escándalo del fipronil en huevos

 

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