«Una sola salud», el concepto

El concepto «Una sola salud» fue introducido a comienzos de la década del año 2000, resumiendo en pocas palabras una noción conocida desde hace más de un siglo, a saber, que la salud humana y la sanidad animal son interdependientes y están vinculadas a los ecosistemas en los cuales coexisten.

La OIE – siglas que correspondían a la “Oficina Internacional de Epizootias” que, en 2003, cambió su nombre por el de “Organización Mundial de Sanidad Animal” -. apoya y aplica este enfoque como un planteamiento colaborativo global para comprender los riesgos que deben afrontar la salud humana y la sanidad animal, respecto a los animales domésticos o silvestres y los ecosistemas. La OIE no sólo hace uso de las normas intergubernamentales que publica y de la información mundial sobre la sanidad animal que recopila, sino también de su red de expertos internacionales y de sus programas de fortalecimiento de los Servicios Veterinarios nacionales. Además, la OIE colabora activa y concertadamente con más de 70 organizaciones internacionales, en particular con aquellas que tienen una función clave en la interfaz animal-hombre-ecosistemas.

 

ANIMALES, HUMANOS Y ENFERMEDADES

Las enfermedades de origen animal a las que el hombre es sensible, como la influenza aviar, la rabia, la fiebre del Valle del Rift o la brucelosis, representan riesgos mundiales para la salud pública. Otras enfermedades de transmisión esencialmente de persona a persona circulan en animales o tienen un reservorio animal identificado y pueden causar graves crisis sanitarias como ha quedado de manifiesto con la epidemia de la enfermedad por el virus del Ébola. Estos riesgos se acentúan con la mundialización y los cambios climáticos y de comportamiento humano, lo que multiplica las oportunidades para que los patógenos colonicen nuevos territorios y evolucionen bajo nuevas formas.

En la actualidad se estima que:

  • El 60 % de las enfermedades humanas son zoonóticas,
  • Al menos un 75 % de los agentes de las enfermedades infecciosas emergentes del ser humano son de origen animal.
  • 5 nuevas enfermedades humanas aparecen cada año, tres de las cuales son de origen animal.
  • El 80 % de los agentes patógenos que pueden utilizarse con fines de terrorismo son zoonóticos.

 

PROTEGER A LOS ANIMALES PARA PRESERVAR NUESTRO FUTURO

El control de todos los patógenos zoonóticos – transmisibles del animal al ser humano y viceversa – en su origen animal es la solución más eficaz y más económica para proteger a éste.

Por consiguiente, la protección de la salud pública debe inscribirse en la elaboración de estrategias mundiales de prevención y control de patógenos, coordinadas en la interfaz animal-hombre- ecosistemas y aplicables a nivel mundial, regional y nacional mediante la implementación de políticas adecuadas.

 

GARANTIZAR SERVICIOS DE SANIDAD ANIMAL COMPETENTES PARA UN MUNDO MÁS SEGURO

Los Servicios Veterinarios, incluidos sus componentes públicos y privados, tienen un papel esencial en la elaboración e implementación de políticas de gestión de los riesgos sanitarios. Protegiendo la sanidad y el bienestar animal, los Servicios Veterinarios contribuyen a mejorar la salud humana en sentido estricto, así como la seguridad alimentaria y la inocuidad de los alimentos.

Resulta, por lo tanto, necesario que dispongan de los medios adecuados para prevenir y controlar las enfermedades animales de forma eficaz y poder comunicar y trabajar estrechamente con numerosos actores, con el fin de actuar de manera concertada.

Para más información, aparte de los principios sobre los que se informa en el cartel adjunto, recomendamos la lectura de la entrevista publicada en el periódico La Vanguardia, en 1 de marzo, a María Neira, Directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS. https://bit.ly/3kFllha

De su interesante contenido recogemos solo una frase:

“LA CLAVE ES EL TRIÁNGULO “UNA SOLA SALUD”, QUE TIENE QUE VER CON LA SALUD HUMANA, LA SALUD ANIMAL Y LA SALUD AMBIENTAL, CON SUS INTERCONEXIONES FUNDAMENTALES”

 

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