De lo que eran grupos minoritarios en defensa por los derechos de los animales, ahora se están convirtiendo en una presión social que incluso está llegando a los parlamentos al defender, según su punto de vista, que se trata no sólo de ética sino de justicia ante un modelo de desarrollo basado en la explotación sin límites.
Asimismo, algunos escritores están insistiendo sobre la necesidad de proteger los derechos de los animales. Uno de los escritores más beligerantes ha sido el Nobel J. M. Coetzee, que en novelas como Elizabeth Costello ha defendido, a partir de este personaje, la necesidad de acabar con lo que Coetzee considera prácticas dolorosas para los animales.
El movimiento animalista lleva décadas trabajando con fuerza en los países anglosajones, y en España, parece que ahora es cuando está surgiendo una mayor presencia, según ha dicho el escritor español Javier Morales, autor de El día que dejé de comer animales.
Hoy, en España, el movimiento animalista está surgiendo con mayor presencia
Precisamente, en las elecciones de 2016 el partido que defiende la causa animalista, PACMA, fue el más votado entre los que no obtuvieron representación parlamentaria -consiguió 284.848 sufragios, solo 2.000 menos que el PNV, que logró cinco diputados-. Así pues, el Congreso de los Diputados aprobó el pasado mes de diciembre por unanimidad que los animales dejaran de ser considerados cosas y, en cambio, fueran reconocidos jurídicamente como seres vivos. Los partidos apoyaron, por tanto, modificar el Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil. En Europa ya han cambiado la consideración legal de los animales Alemania, Austria, Suiza, Francia y Portugal.
El Congreso de los diputados aprobó que los animales dejaran de ser considerados cosas y reconocidos como seres vivos
Corine Pelluchon, filósofa y profesora de la Universidade Paris-Est-Marne-La-Vallée, lo tiene claro, “estamos en la tercera ola de la cuestión animal: después de la ética animal de los setenta y la deconstrucción del humanismo de los noventa, toca politizar esta causa”, añadió en este sentido. Para ello, Pelluchon ha publicado ya varios ensayos con gran eco mediático, entre el que destaca el ‘Manifiesto Animalista. Politizar la causa animal’. “La causa animal es el corazón de un nuevo humanismo”, explica, y detalla que “este tipo de ensayos, dirigidos a un público generalista, son la mejor muestra de que la lucha por los derechos de los animales ha traspasado ya la linde del mero activismo”.
A su vez, el editor de Errata Naturae -uno de los sellos que más ha apostado por este tema-, Rubén Hernández, afirma que está surgiendo una nueva sensibilidad hacia los animales que se refleja de muchos modos: nuevas leyes que los reconocen como seres sintientes y no como «cosas», crecimiento de partidos políticos animalistas, campañas con cientos de miles de participantes a favor del bienestar animal, aumento de las dietas y prácticas veganas y vegetarianas… y también libros que abordan el tema y tratan de aportar propuestas para conseguir, de manera colectiva, un espacio de convivencia más justo y equitativo entre humanos y animales.
Nuestra opinión
Desde la Real Escuela de Avicultura consideramos que, como sector avícola, tenemos que ser transparentes, enseñar a la sociedad los altos grados de bienestar animal que hemos alcanzado en el manejo de nuestras gallinas, pollos y aves en general, y continuar avanzando en conseguir el mejor manejo y sacrificio para convencer al 90% de la sociedad.
El resto, los talibanes del bienestar animal que consideran que consumir un huevo es un atentado contra la vida, no vale la pena invertir tiempo con ellos, son inconvencibles.
Para saber más:
Revista SELECCIONES AVÍCOLAS: Impacto del bienestar animal en la producción avícola mundial.
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