La avicultura en la filatelia mundial

Como no siempre todo el contenido de SELECCIONES AVÍCOLAS ha de ser pura ciencia o divulgación sobre la avicultura, nos vamos a permitir, por esta vez, romper los esquemas tradicionales para comentar un aspecto de una de nuestras aficiones, la filatelia (*).

(*) Filatelia: Afición a los sellos de correos y conocimiento de ellos (Diccionario de María Moliner, 2008).

 

Entre los varios miles de sellos de correo sobre las aves que hemos ido recogiendo a lo largo de muchos años, hay una pequeña parte de ellos dedicados a nuestras especies domésticas, principalmente el Gallus gallus, pero también el pavo y otras menores – ánades, faisanes y pintadas -, y en todo caso productoras de alimentos.

De esta forma, en total hemos encontrado unos 60 sellos, pertenecientes a 30 países, los que, de una forma u otra, han dejado la imagen de nuestras aves domésticas como estampillas postales. El resultado ha sido un formidable conjunto de fotografías y dibujos a todo color que reflejan la importancia de nuestro sector como el principal productor de los dos más importantes producto de la alimentación humana, el huevo y la carne de ave.

Aparte de ello, otros muchos centenares de sellos también están dedicados a diversas especies de aves que ya no entran en la citada categoría, desde el gallo de pelea que Filipinas reflejó en una serie de 4 valores en 1997 hasta los varios países que, de una forma u otra, han representado a la paloma de la paz como motivo de alguna circunstancia determinada. Pero, sin despreciar a aquel, precisamente por su acreditado origen español, ni a la especie Columbida por su pequeña contribución en el campo de la producción de carne de ave, vamos a centrarnos solo en lo que afecta a nuestro sector productor avícola.

 

Los 4 destacados

Concretando ya algo más, creemos que, bajo el aspecto productivo de nuestro sector hay 4 casos destacados.

El primero, al menos cronológicamente, el sello con el que en 1948 Estados Unidos plasmó con una imagen de gallina asiática el centenario de la industria avícola del país.

Y la verdad es que, sorprendiéndonos la concreción de este año, en nuestra búsqueda de la razón de ello hemos encontrado un par de referencias que coinciden en su explicación: en que fue en 1840, con la primera llegada a Estados Unidos de varias razas de gallinas procedentes de China, cuando se elaboró el primer censo avícola del país que luego ha encabezado la producción industrial avícola de todo el mundo.

Con posterioridad, tendrían que transcurrir bastantes años hasta que, en 1966, la celebración del XIII Congreso Mundial de Avicultura, organizado por la Asociación Mundial de Avicultura Científica – WPSA -, en Kiev – entonces incluida en la URSS – brindase a la filatelia la oportunidad de recordar este acontecimiento en un sallo. La reproducción del mismo, en un sobre que nos dirigieron en aquel entonces, plasma el acontecimiento, del que fueron testigos un buen número de españoles que, para aquella ocasión tuvieron que vencer numerosas trabas oficiales para poder conseguir un pasaporte “especial para un solo viaje a la URSS” …

Bastante después, primero Japón, en año 1988 y luego la India, en 1996, fueron quienes plasmaron en respectivos sellos la celebración de otros dos sellos, conmemorativos también de la celebración de sendos Congresos Mundiales de Avicultura, respectivamente el XVIII, en Nagoya y el XX, en New Delhi. Un mérito de la WPSA, de ámbito ya realmente mundial al haber olvidado la aparente hegemonía europea y norteamericana de sus primeros años y pensar en el verdadero papel de la avicultura en la provisión de los principales alimentos de origen animal para la especie humana.

 

Pero no todo es ciencia

Sin embargo, como no todo lo referente a la filatelia avícola ha de ir ligado a la ciencia que representan los congresos, ahí van otros ejemplos de varios sellos que involucran a nuestras aves domésticas.

El primero de ellos, también por orden cronológico, el editado por Bulgaria, en 1967, con la imagen de un pollito recién nacido, al lado de lo que representa posiblemente una antigua incubadora, en una serie de 12 valores dedicados a la economía nacional.

A continuación, en 1968, un valor aislado de Israel, con también otro pollito, pero en este caso al lado de un avión, para ilustrar lo que significa la avicultura en las exportaciones de este país, pionero en muy diversos aspectos del sector avícola.

Con un tema muy diferente, un parásito aviar al lado de la cabeza de un gallo, nos recordaba Cuba, en 1975, el desarrollo de la medicina veterinaria, con el enfoque didáctico que representa el ciclo evolutivo del mismo.

Y finalmente ya llegamos a España, en 1982, en este caso, el dibujo de la cabeza de gallo que figura entre otros alimentos, para recordarnos el Día Mundial de la Alimentación, en el mes de octubre. La reproducción del sobre corresponde a la celebración de la IX Feria de la Raza Prat, que iba a tener lugar poco después en esta población catalana.

 

El «cajón de sastre», para finalizar

Llegados a este punto, como sea que nos alargaríamos en exceso su tuviésemos que citar los muchos sellos que hemos encontrado en relación con las especies avícolas de producción, nos limitaremos a reproducir solo algunos de determinados países, a destacar por algún aspecto concreto.

Los 6 valores de la extinta DDR, con preciosos dibujos de otras tantas razas de gallinas.

Otra representación de 4 razas de gallinas, en este caso de Botswana.

La Cruz Roja no podía faltar, en este caso recordada por estos sellos de Finlandia.

Y las otras especies de aves domésticas tampoco, aquí representada por estos 3 sellos de una serie de 8, de Albania.

Finalmente, como muestra de que incluso aquellos países que poco pintan en avicultura también han contribuido a la difusión de nuestro sector, tenemos los valores aislados emitidos por varias islas tropicales, Tuvalu y Trinidad & Tobago por un lado, y Corea del Norte, por otro, esta última con algo que parece una antigua explotación de baterías.

 

¿Y en España, que? Una omisión a subsanar

Llegados a este punto, volvemos al encabezamiento del artículo para hacer ver a nuestras autoridades filatélicas – el Servicio Filatélico de Correos y Telégrafos – que la aportación española en el campo de la producción avícola es nula.

“EN LA FILATELIA ESPAÑOLA, LA AVICULTURA NO CUENTA”

Y las pregunta que nos hacemos es la de cómo se explica esta omisión en un país en el que…

  • la avicultura en su conjunto – carne y huevos – representa alrededor del 20 % de la producción final ganadera,
  • la calidad de las instalaciones y el tejido empresarial avícola se cuentan entre los primeros del mundo,
  • las producciones avícolas, además de cubrir el consumo interior del país, en una proporción creciente van destinadas a la exportación,
  • España ha sido el primer país en el que, por primera vez, la WPSA ha celebrado dos Congresos Mundiales, en 1924 en Barcelona y 1970, en Madrid,
  • etc.

En resumen, como puede verse, argumentos no nos faltarían para justificar nuestra sugerencia, hecha aquí solo a título particular. Y que, a buen seguro, las potentes organizaciones empresariales avícolas del país, amén de la interprofesional veterinaria podrían apoyar. Así que la pregunta final sería ¿llegaremos a verlo?

 

 

José A. Castelló

[email protected]
Ex Presidente Asociación Mundial
de Avicultura Científica (WPSA)

Ex Director Real Escuela de Avicultura

 

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