Uruguay: mueren 400 mil gallinas en 3 días por ola de calor

 

Una ola de calor ocurrida la primera quincena del presente año 2022, afectó a países del cono sur americano incluyendo Argentina, Paraguay, sur de Brasil y Uruguay. Como dato importante, en este último país se registró un aumento en la mortalidad de gallinas ponedoras, que el presidente de la Asociación de Productores Avícolas del Sur (Avesur) situó en alrededor de 400.000 aves. Esto demostró, una vez más, la susceptibilidad de esta ave de postura al estrés por calor.

A mediados de enero de 2022, un calor sofocante se apoderó del centro de Sudamérica y las temperaturas se dispararon a más de 40 °C (104 °F).  https://earthobservatory.nasa.gov/images/149331/southern-hemisphere-scorchers

 

 

América del Sur, una de las regiones con mayor crecimiento en consumo y producción de huevos,  una de las más afectadas por el cambio climático.

Las estadísticas indican que la región sur de América Latina genera un aproximado de un 7% de la producción mundial de huevos, donde Brasil y Colombia destacan dentro de los primeros 20 países en la producción de este rubro. Asimismo, se indica que actualmente la zona se encuentra en crecimiento con relación a la producción de huevos de consumo.

No obstante, esta región del continente americano se presenta con condiciones predisponentes a la formación de fenómenos de calor extremo, tales como su geografía física y días de más de 14 horas de sol, a lo cual contribuye los vientos que vienen del oeste y que se calientan a medida que descienden de la Cordillera de los Andes. Se suma además en la actualidad una sequía histórica en Argentina y Brasil, así como los efectos de La Niña, fenómeno oceánico-atmosférico por el cual ocurre un enfriamiento anormal en las aguas superficiales del Océano Pacífico Tropical.

Si bien es cierto que los elementos descritos afectan el clima de una región de américa, no lo es menos el hecho de que también el cambio climático local lo hace en otras regiones del planeta.  Es así como datos del Servicio de Cambio Climático de Corniucus, gestionado por la Comisión Europea, muestran que los últimos siete años  fueron los más cálidos registrados en la Tierra y el 2021 fue el quinto con la temperatura media más elevada. Esto ha aumentado la intensidad y la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo, incluidas las lluvias, desproporcionadamente intensas, y el calor extremo.

 

El estrés calórico afecta a la gallina ponedora y a la producción de huevos

 Las variaciones drásticas de temperatura, reflejadas en un aumento de la misma, no sólo pueden afectar directamente al ser humano sino también a los procesos productivos y, especialmente a la industria alimentaria. Y aunque muchos procesos productivos, como la crianza de aves, se desarrollan bajo condiciones controladas, estos cambios climáticos son causantes de estragos en las respuestas fisiológicas y de comportamiento productivo en ponedoras comerciales. De tal manera que, siendo las condiciones óptimas de termoneutralidad en estos animales de 21-25ºC, ellos son susceptibles a los choques de calor; no pudiendo soportar temperaturas extremas alrededor de los 31ºC por tiempo prolongado.

Los efectos del estrés térmico sobre las aves pueden ser de dos tipos:

Directos, que se verifican a través de alteraciones del metabolismo para adaptarse al incremento de calor, con repercusiones hormonales y celulares. En este sentido, el estrés térmico en las gallinas, hace que su sistema de disipación de calor (conducción, convección y radiación) se vuelva menos eficaz con el aumento de temperatura del ambiente, con lo cual el animal dependerá más de la termólisis por jadeo y cambios metabólicos para aliviar el estrés por calor, disminuyendo así su termogénesis, limitando la disposición de nutrientes y proteínas para la formación del huevo.

Indirectos, cuando ocurre alteración de la calidad y cantidad del alimento.

Tomando en cuenta estos efectos, el estrés térmico puede aumentar la mortalidad del plantel de gallinas ponedoras, aunque las consecuencias más drásticas se observan en el comportamiento productivo y reproductivo del ave; de forma tal que, al disminuir la ingesta voluntaria de alimento por esta causa y alterarse las funciones endocrinas de las aves, se ven afectadas negativamente la producción y calidad del huevo.

 

Efecto del estrés calórico sobre la producción y calidad del huevo

La productividad en ponedoras comerciales, sometidas a estrés calórico, inicia con una menor ingesta de alimento, seguida por una digestibilidad reducida de la dieta y una disminución de los niveles de calcio y proteínas plasmáticas, lo cual se ve reflejado de la siguiente forma:

  • Disminución de la producción de huevos; lo cual ocurre cuando la temperatura llega a los 30ºC.
  • Disminución del peso del huevo. Se habla de una pérdida de 0,4 g por cada grado de incremento a partir de los 25ºC, con humedad relativa de 80%, generándose huevos de menor tamaño y peso.
  • A causa de la menor ingestión de alimento y, por consiguiente, de calcio, se afecta significativamente la disposición de este mineral en la cáscara.
  • Aumentos en la temperatura ambiental inducen la liberación de ciertas hormonas del estrés como la Epinefrina, causando retrasos en la ovoposición y cese de la formación de la cutícula en la cáscara, formándose huevos pálidos o sin cáscara.
  • La disminución del consumo de pienso por estrés térmico, y su consecuente menor ingestión de nutrientes y desequilibrio metabólico en el ave, trae como resultado que el albumen pierda parte de su consistencia y se facilite su posterior alteración, al mismo tiempo que la yema pierde coloración y, en casos extremos, su densidad.
  • Por otra parte, períodos constantes de altas temperaturas y humedad originan la licuefacción de la albúmina, donde el vapor de agua del albumen se escapa a través de la cáscara, causando una pérdida irreversible del peso del huevo, así como, la contracción del contenido del huevo y aumento de la cámara de aire. También se puede observar una alcalinización del huevo, lo que afecta su sabor y disminuye la viscosidad del albumen.

Conclusiones

    Los efectos adversos del estrés calórico sobre el bienestar y sobre los índices productivos de las aves para puesta  reflejan la importancia de proporcionar en la medida de lo posible un ambiente de confort ambiental para las gallinas ponedoras pues sin duda los episodios de temperaturas extremas van a ser cada vez más frecuentes provocando golpes de calor en las granjas avícolas con gravísimas consecuencias como este que ha hecho que iniciemos 2022 con la muerte por exceso de calor de 400.000 gallinas ponedoras en Chile.

 

Para saber más:

-. Control Ambiental en Avicultura.COM

Los 9 consejos a aplicar para anticiparse a los golpes de calor

El enfriamiento evaporativo: instalaciones para granjas avícolas

 

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