Todas estas startups avícolas han tenido un origen común: una persona o un grupo de visionarios que han detectado un problema o carencia en avicultura y se les ha ocurrido una nueva manera de solucionarlo. Algunas serán flor de un día, otras necesitarán entradas de capital riesgo y otras serán absorbidas por gigantes de la nutrición o la salud y, en menor grado, por las grandes empresas de las instalaciones.
En todos estos casos la Startup ha mantenido su independencia operativa, ampliando y complementando los servicios que tenía en su momento la organización compradora.