Al incremento continuado de precios de las materias primas (cebada, maíz, maíz, soja, aceites vegetales, etc.) desde el segundo trimestre de 2020, se le suma ahora el aumento del coste de la electricidad y del gas natural. A esto se le añade la falta de repuestos de maquinaria para las instalaciones de elaboración de piensos y la inestabilidad en el precio de los suministros. Con esta situación de “tormenta perfecta” muchos fabricantes están preocupados, ya no solo por reflejar estos costes a los siguientes niveles de la cadena, que pueden llegar a afectar en poco tiempo al consumidor, sino porque cualquier pequeña distorsión o falta de suministros en las próximas semanas podría ocasionar problemas graves a la hora de alimentar a los animales.