El consumidor europeo identifica la carne de ave como carne sana y sigue creciendo su consumo en el año de la pandemia.

Los últimos datos acabados de publicar por la Comisión Europea muestran un aumento del consumo europeo de carne de ave en 2020. En el año de la pandemia Covid-19, el pollo fue la única carne que registró un aumento en la producción en la UE. Y esto debería continuar hasta 2030. Del total de carne de ave producida en la UE, el pollo broiler sigue siendo la mayoritaria, con el 82% del total de carnes de ave, seguida del pavo, el 14% ya de la producción europea, el pato, con el 4% y un 1% otras aves de corral.

Revisión sobre 100 años de la harina de soja

En las décadas de 1920 y 1930, la harina de soja era desconocida para muchas empresas y nutrólogos y apenas se utilizaba en nutrición animal. De hecho, seis Estados norteamericanos no la utilizaban en los piensos para las aves. Según Hayward, su empleo en las raciones de broilers había aumentado desde casi cero en 1930 a 2,5 millones de toneladas en 1970. Para promover su uso en la nutrición animal, Hayward y un comité especial en 1938 decidieron visitar a nutrólogos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos – USDA – y de varias universidades y difundir las noticias sobre ella. Desde entonces no ha habido ningún otro ingrediente de alimentación que se haya estudiado más que la harina de soja, habiendo miles de artículos científicos tratando de aumentar nuestro conocimiento sobre este valioso ingrediente y difundir este conocimiento en todo el mundo.

Intentando comprender el síndrome de las pechugas de madera y otras miopatías en los modernos pollos de engorde

En la pasada década el sector avícola ha visto un aumento de varias miopatías de la carne de la pechuga de los pollos, que van desde el síndrome de pechuga de madera – filete duro -, hasta las estrías blancas y la llamada carne de espaguetis – separación de la fibra muscular -. Todas parecen estar relacionadas con la cantidad de tejido conectivo dentro del músculo, por lo que varios investigadores opinan que todas tienen la misma etiología.

El pequeño pollo “picantón”, también cuenta en las estadísticas

La denominación “picantón” esta inventada ya hace tiempo –posiblemente en los años 60-70- por un industrial catalán y que, con el tiempo, ha ido prosperando hasta sustituir a la de “coquelet”, de origen francés, a la de “pollo pichón” de origen norteamericano o a la ya arcaica castellana de pollo “tomatero”. La base de los picantones se halla en el aprovechamiento de los machitos sobrantes del sexaje de las pollitas para puesta, mayoritariamente de estirpes blancas -genética Leghorn- hasta los años 80 y más adelante ya de color. Estos machitos, fuesen de un tipo u otro, teóricamente no podrían competir con los broilers actuales.

Calidad del agua: No hay margen para errores en la producción sin antibióticos

La ingesta de agua no baja a menos que algo esté mal. El culpable podría ser la salud de la manada, el ambiente de la nave, un cambio de pienso, el programa de manejo, o la misma calidad del agua. Es importante que cada criador supervise el consumo diario de agua y se asegure de que va aumentando. Y si se estanca o disminuye en cualquier momento durante la crianza, el problema debe abordarse inmediatamente.

El sistema maíz-soya: Una gran oportunidad para Colombia

En el ámbito de los alimentos en Colombia, los sectores de mayor magnitud y crecimiento se concentran en fuentes de proteína animal como la avicultura (pollo y huevos), la porcicultura, la acuicultura y la ganadería. Según estadísticas de Fenalce (la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales), el 87 por ciento de los alimentos balanceados, cuyas principales materias primas son -de lejos- el maíz y la soya, se destina actualmente a la avicultura. 

Importancia del desarrollo del apetito en los pollitos

El desarrollo del apetito es la prioridad más importante para los productores de broilers durante las primeras 72-96 horas de vida de los pollitos. Empezar por establecer una manada sana desde el primer día requiere suministrar los suficientes nutrientes para el desarrollo de los diferentes sistemas fisiológicos – cardiovascular, pulmonar, alimentario e inmunitario -, así como para proteger el crecimiento óseo y la cubierta de plumas.