Los pollitos necesitan aprender a consumir alimento lo antes posible para permitir que su sistema digestivo experimente una rápida transformación anatómica y fisiológica, además de ayudar al desarrollo del sistema inmunológico. También necesitan empezar a consumir agua en poco tiempo para compensar la deshidratación que experimentan desde la eclosión hasta su llegada a la granja, favoreciendo así también el consumo y la digestibilidad del pienso.
Actualmente ya es posible intervenir y prevenir cualquier trastorno gracias a la introducción de una dieta temprana completa que disminuya todas las consecuencias perjudiciales que provoca el hecho que el pollito no empiece a ingerir nada más nacer.